Una parte muy importante del lavado de dinero se ha venido llevando a cabo a través de estas cooperativas. A simple vista, esto sería sólo la punta del iceberg, pues podrían estar involucrados congresistas y más de una campaña política, además de las lavanderías que se habría gestado en el Vraem, lo que explicaría la vergonzosa renuencia del Congreso de la República a la aprobación de la regulación y fiscalización de las mismas por parte de la SBS.
A pesar de contarse con presupuesto asignado para la reconstrucción desde hace más de un año, ésta no se ha ejecutado más que en un 3 % de los recursos económicos disponibles.